Para conseguir los objetivos señalados en el inicio, debemos mostrarnos propicios a estar en oración permanente con Dios
A frecuentar los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía, así como frecuentar las lecturas de la Biblia especialmente del Nuevo Testamento y particularmente el Evangelio de San Juan y también sus otros escritos el Apocalipsis y sus cartas, donde en estas últimas se muestra especialmente claro a disponernos a llevar una vida Santa. Y además de radical actualidad como sabemos. Y a tener espacios de silencio interior y a poder ser exterior para el encuentro personal con Dios.
Para laicos adultos en el sentido de que ya tienen una formación religiosa básica y que cumplen los requisitos de un laico: es decir que han recibido los sacramentos del bautismo, la comunión y la confirmación.
Que libremente acogen al Espíritu Santo por la Gracia de Dios, en actitud humilde y perseverante.
Que Oran con frecuencia (cada día)
Que intentan frecuentar los sacramentos de la Eucaristía y la Penitencia con las disposiciones debidas por la Iglesia Católica, que son la principal fuente de Gracia santificante. Instituida por Jesucristo Nuestro Señor.
Que intentan estar abiertos por lo tanto a los demás: cristianos y no cristianos; creyentes y no creyentes. De todas las religiones, respetándolas.
Con el afán de cumplir al máximo de las posibilidades con el mandamiento de Nuestro Señor Jesucristo: Amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado.
Con el fin de ser cada día mejor cristianos y cristianas.
Con el pensamiento puesto en la Iglesia: ¿Qué haríamos sin ella? Somos también parte de ella.
Sintiéndonos profundamente amados por nuestro Señor Jesucristo.
Con una disposición central de Amor a todos nuestros hermanos y hermanas, sabiendo discernir cuanto sea preciso de lo que es de este mundo (o sea pasajero y mejorable, solamente humano) de lo que es fundamental y con naturaleza de eternidad (o sea en el fondo divino).
En el fondo el fin último es llegar a ser lo que Dios y su Hijo Jesucristo ha pensado para nosotros, nosotras y los demás como mejor para nosotros, nosotras y los demás, en este mundo, con la mirada puesta en el Reino de Dios o sea en el Cielo, o sea con visión trascendente. O con otras palabras llegar al advenimiento mismo del Reino de Dios en este mundo, hasta la Parusía o sea hasta el final de este mismo mundo, y quizás falta añadir haciendo lo que haga falta hacer para cumplir con este objetivo.
Actualmente somos de la Orden Seglar de los Carmelitas Descalzos.
Y adoptamos toda su espiritualidad y carisma, que también tiene su especificidad.
Ahora somos Laicos Consagrados por el Bautismo del Carmelo.
Querido hermano, hermana, si quieres reunirte con nosotros llama al teléfono de contacto para quedar en día y lugar para reunirnos con nosotros.
Te puedes reunir con Cristo, mucho más importante que nosotros, que te está esperando en la Iglesia más cercana; en el Sagrario el Santísimo que está presente en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad; y en su Corazón y en el tuyo: feliz encuentro!
Responsable de la página: Roger de Jesús Resucitado ocds.
(Roger Mullor Rodríguez)