– Fomentar en nosotros además de otras virtudes, la humildad, el espíritu de servicio, la alegría, y con mucha paz, la paz del Señor; y con devoción y con ilusión.
-La lectura diaria del Evangelio
– Meditación–plegaria-adoración del Santísimo en espíritu y en verdad, un rato cada día
– Servicio deseable: en la Parroquia o en otro lugar: ofrecernos al Sr. Párroco
– Ir a Misa cada día
– Rezar el rosario cada día
– Apostolado cercano deseable
– Rezar la Oración a la Divina Misericordia
– Otras oraciones que queramos rezar.
– Invocación al nombre de Jesús constante
– Abiertos siempre a la presencia del Señor
– Confesión frecuente
– Las tres Avemarías
Aunque las oraciones recomendadas aquí nos parezcan muchas, veremos que si las hacemos cada día nos aumenta mucho el amor de Dios y a los hermanos/as y también nuestra vida interior espiritual en el Señor Jesús, sabiendo que las oraciones son fuentes que alimentan nuestro espíritu.
Comportarnos siempre como hermanos y hermanas, invocando a nuestro Ángel Custodio y el de los demás, para encontrarnos con el Cristo que todos llevamos dentro.
SEGUNDA ETAPA:
Posteriormente y cuanto antes mejor: hacer los votos propios de un cristiano: castidad, pobreza y obediencia:
Castidad siempre incluso en el matrimonio. La sexualidad sólo tiene sentido para la fecundación dentro del matrimonio.
Pobreza no sólo de espíritu sino material también. El valor de compartir i de la economía de los bienes materiales
Y obediencia a Dios en primer lugar y también a la jerarquía de la Iglesia.
Para conseguir el valor de la verdad ya que “La Verdad os hará Libres”
Y con la fortaleza del Amor de Dios.
Todo ello perfectamente compatible con una vida de trabajo y familia.
TERCERA ETAPA:
Después de un tiempo que participamos de esta espiritualidad, debemos unirnos en Comunidad. Y centrar todos nuestros esfuerzos en adaptarnos a ésta, para desarrollar el apostolado que en ella se fomente, de una forma concreta y organizada. Para sentirnos y estar acompañados y unidos a nuestros hermanos y hermanas y sobre todo a Nuestro Señor Jesucristo. A tal efecto nos irá muy bien leer todo el libro del Santo Padre Francisco EVANGELII GAUDIUM. La alegría del Evangelio, Exhortación apostólica, en el que nuestro querido Papa nos indica muchos recursos e ideas en la línea eclesial y apostólica y misionera que seguro enriquecerá nuestra persona. Para en definitiva vivir apasionadamente el Evangelio, para sentir en nuestro corazón el Amor salvífico de Nuestro Señor Jesucristo, principio y fin de nuestros anhelos más queridos y deseados. Al que siempre tendremos a nuestro lado y al que debemos seguir siempre en todo momento y lugar y que no nos abandona nunca. Para vivir en plenitud su Santo Espíritu, ayudando siempre con todas nuestras fuerzas a los demás, especialmente a los pobres, que son el centro de la Iglesia. En los que debemos ver, precisamente a nuestro queridísimo y amadísimo Señor Jesús, por Amor al Padre y con la ayuda del Espíritu Santo, y la siempre amorosa intercesión de nuestra Madre Santísima la Virgen María que no nos abandona nunca.
Por ello, haremos el cuarto voto, fundamental, el del servicio a los pobres, a todos los pobres, en justicia, caridad, amor, no un servicio desencarnado, no cualquier servicio, sino en la verdad, en la libertad y la responsabilidad, viendo en ellos, los pobres, que son el centro de la Iglesia, el rostro de Dios, en coherencia con nuestra fe y nuestra conducta, viviendo con gozo el Evangelio que es nuestra norma de vida, de la que emana la voluntad de Dios en Jesucristo.
Así es que esta comunidad puede servir de puente y de remanso y descanso y mantenimiento en el viaje para una mejor vida en Jesús el Señor Dios hecho hombre Jesucristo. Según el mismo Señor Jesús nos vaya diciendo y nosotros haciendo. Espacio donde podemos contribuir eficazmente ya desde ahora mismo con nuestras oraciones.
Y veremos que podemos sostenernos -con las oraciones y sacramentos -, como una base muy sólida, para mantenernos en gracia de Dios.
Intercesión de María Madre de la Iglesia
CON LA DISCRECION Y LA AUTORIZACIÓN DE LA VIRGEN MARIA
Quisiéramos encomendar a la Virgen María Madre de Dios, esta tarea de esta comunidad.
Sin su autorización no habría sido posible nunca. Como no se puede entender en la Creación el hombre sin la mujer “esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne”.
Encomendamos por lo tanto como no podría ser de otra manera a la Virgen María nuestras palabras, escritos y todo el contenido bajo su protección salvadora como Madre de la humanidad. Su maternidad virginal nos salva, nos ilumina y nos santifica.
Esperamos ir editando contenidos de la Virgen María nuestra Madre para iluminar nuestros corazones como ya pusimos como estandarte de nuestro comienzo una imagen de la Virgen del Rosario para que nos protegiese y nos presidiese, como nos preside y protege verdaderamente desde antes del comienzo.
Encomendamos desde aquí ilusionadamente a todos los lectores y las lectoras, navegantes/ as para que Ella también nos guíe a todos y a todas con fervorosa dedicación para un encuentro divino en nuestras almas a su Hijo Nuestro Señor Jesucristo, para adoptarnos a todos como verdaderos Hijos e Hijas de Dios y por lo tanto hermanos y hermanas gracias a Él.
y CUARTA ETAPA:
ACTO DE CONSAGRACIÓN
Para formar parte del Movimiento, hay que seguir su espiritualidad propia, de conversión, sacramentos, oraciones, etc. Después de un tiempo en activo/a, que el Señor y el futuro hermano/a, debe considerar adecuado, en una Iglesia hacer el acto de consagración que sigue:
ACTO DE CONSAGRACIÓN
“Por este acto y en este momento me consagro a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en espíritu y en verdad, para servir a Dios y a los hermanos y hermanas y por ello hago los votos de pobreza, castidad y obediencia y servicio a los pobres, para hacer su voluntad en todos los momentos de mi vida, Él que vive y reina por los siglos de los siglos y seguir la espiritualidad del Movimiento Cristiano Laicos Consagrados por el Bautismo (Laicosbautismo)”
Es preferible hacer este acto de consagración real y efectiva, antes o después de la celebración de la Eucaristía, y delante del Sagrario. Después de la misma se rezan un Credo, tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias. Y nos encomendamos a la Santísima Virgen María, Madre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos lleva siempre y sin error a su Hijo Nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios vivo, que está sentado a la derecha de Dios Padre para que nos envíe su Espíritu Santo.
ACTO DE ADORACIÓN
Señor: estáis aquí en cuerpo, sangre, alma y divinidad y con vuestro sagradísimo corazón dolorosísimo, y aquí os amo, os alabo os adoro y os contemplo, y permanezco implorando, alabando, amando y adorando. Aquí, allí y en todas partes, y más cerca que yo mismo en el fondo de mi corazón y de mi alma; con vuestro cuerpo, vuestra sangre, vuestra alma y vuestra divinidad y con vuestro sagradísimo corazón dolorosísimo, os amo os adoro os alabo y os contemplo y permanezco implorando alabando amando y adorando.
Señor.
Textos teológicamente revisados.
Querido hermano, hermana, si quieres reunirte con nosotros llama al teléfono de contacto para quedar en día y lugar para reunirnos con nosotros.
Te puedes reunir con Cristo, mucho más importante que nosotros, que te está esperando en la Iglesia más cercana; en el Sagrario el Santísimo que está presente en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad; y en su Corazón y en el tuyo: feliz encuentro!
Responsable de la página: Roger de Jesús Resucitado ocds.
(Roger Mullor Rodríguez)